Día 16 | Un poder que se perfecciona

«Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.»

(2 Corintios 12:9 RVC)

Tenemos dos opciones cuando nos encontramos con este pasaje de la Biblia: enfocarnos en nuestra debilidad o en el poder de Dios.

Si el factor de nuestra atención es la debilidad, eso no representa ningún problema para Dios, porque no necesitamos ser fuertes y perfectos para acercarnos al Padre, todo lo contrario: tal cual somos y como estamos podemos venir a él y siempre seremos aceptados y amados. Sin embargo, si solo nos enfocamos en la debilidad para excusarnos, justificarnos o victimizarnos, quedamos paralizados y detenidos en nuestra fragilidad y, además, se acentuará y crecerá al darle un lugar central en nuestras vidas.

En cambio, si nos centramos en el poder de Dios y buscamos tener una mayor revelación de ese poder que actúa en nosotros, no solo crecerá sino que transformará en fortaleza lo que es nuestra debilidad. Es el tesoro en nuestra frágil vasija de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros, como dice 2 Corintios 4:7.

El término perfecciona que aparece en 2 Corintios 12:9 nos da a entender que hay niveles de poder por experimentar. «Perfeccionar» implica que no está terminada la obra, sino que se va completando, va creciendo, se va desarrollando, mejorando, madurando hasta acabarla enteramente. El poder de Dios que estamos experimentando hoy no es todo su poder. Hay mucha más intervención de Dios por perfeccionarse en nuestra debilidad. A medida que la revelación de ese poder es mayor, más puede influenciar en nosotros para transformarnos, a la vez que nos rendimos para que la obra sea hecha a su manera y no a la nuestra. Entonces, es necesaria más revelación de su poder y más rendición de nuestra parte.

Motivo de oración

Pedí hoy recibir una mayor revelación del poder de Dios perfeccionándose en tu debilidad.

Hacé una lista de tus áreas débiles. Tomá un tiempo especial para rendirte en los brazos del Padre y presentar esas debilidades delante de él.

Aplicación práctica

Leé 1 Corintios 1:26-31. Recordá hoy y siempre que tu debilidad no te descarta. Dios te eligió para glorificarse en tu vida.

Leé Joel 3:10. Aprendé a declarar con tu boca y no solo con el pensamiento: «Diga el débil: «fuerte soy»». De esa manera, el foco no estará puesto en tu debilidad, sino en lo fuerte que podés ser por el poder de Dios en tu vida.

Leé Isaías 40:29 NVI. Recibí hoy nuevas fuerzas en tu debilidad.

Leé Romanos 8:26-27 NVI. Permití que el Espíritu Santo sea tu ayuda en tu debilidad e interceda a favor de tu vida.

Natalia Spetale

 

Los comentarios están cerrados.